Bueno, no es que
yo esté saturado, pero me gustaría hablaros de cómo se saturan los sistemas
naturales. No pueden con todo y, gracias a ello, se libran de que los
explotemos hasta la saciedad. La ecuación no es tan sencilla como “dame esto,
esto y esto, y produzco sin parar”. Pasa con los seres humanos… y con los no
humanos, también.
Los
naturalistas conocen desde muy antiguo las relaciones entre depredadores y presas,
esas que tanta pasión despiertan en los documentales televisivos de la sobremesa.
Pero...