Estamos acostumbrados a circular por caminos, carreteras y autopistas
de doble sentido. Es decir, por rutas por las que cuesta tanto, o tan poco, ir
como volver. Quizás sea eso lo que hace que nos sorprenda cuán escasas son las
vías de la biosfera en las que ir y volver son aventuras de igual peso. Aunque,
si pensáramos más en ello, todo nos iría mucho mejor en materia de conservación
de la biodiversidad.
La baja capacidad de recuperación de las comunidades de aguas dulces
contaminadas
Cuando...